31/8/11


Ultima semana de “Pequeñas Interrupciones”, Imperdible

El sábado tuve una de las experiencias más bonitas y enriquecedoras de las que puedo tener memoria en todo el tiempo que tiene el blog, lo mas simpático de todo es que sucedió tan cerca del 2do aniversario del blog y eso me hace sentir aun más afortunado, con muchísimos ánimos de seguir trayéndoles a ustedes la cobertura teatral más entretenida y completa de las obras que están en cartelera, bueno ¿a que me refiero con esta experiencia enriquecedora? Tres maestros, leyendas del teatro peruano, se han juntado para una obra tan maravillosa como genial, realmente divertida y con un contenido que se presta a varias interpretaciones, me refiero a “pequeñas interrupciones”  en la Alianza Francesa de Miraflores.

La historia es la de los hermanos Ploh, Ugo y Dino, ambos señores grandes, quienes viven en esta especie de casa de la cual solo vemos la sala, dos sillas, una mesa, una cortina de fondo y un tablero de ajedrez dispuesto a modo de alfombra que, más da la sensación de estar dentro de algún cuento de esos en los que todo puede suceder. Dino escribe una obra de teatro donde los parlamentos de sus personajes, van marcados paso a paso por las emociones que experimentan, mientras que Ugo, distraído por el Alzheimer, se dedica a vivir a su manera feliz, imaginando que le suceden cosas que en realidad no suceden o que el imagina que recuerda, ambos por extraño que esto suene, esperan noticias de su padre, a quien han mandado a la guerra. Para dar las noticias aparece una mensajera vestida como arlequín y de manera muy divertida entrega las cartas a Dino, siempre con noticias.
La obra de por si se presta para bastantes interpretaciones, los cuadros descritos en cada escena son realmente una deliciosa poesía del teatro de lo absurdo, mostrando las incoherencias de esta familia, y de lo absurdo de esperar noticias del padre de ambos, que al tener estos señores alrededor de 60 años, la guerra no suena más que a una metáfora sobre la muerte, que al final todos algún día tendremos que llegar a ella, pero que ellos la manejan de esta manera, supongo que para aferrarse a la esperanza de que están aun para irse a la guerra y no a morir para siempre. Hablar de la mensajera es hablar de un personaje extraño, que solo aparece cuando Dino está solo, entonces me hace pensar de que es producto de su imaginación, pero ese soy solo yo haciendo conjeturas, Ugo tiene problemas con las uvas verdes, que lo persiguen para torturarlo y mientras leen las cartas que les da la mensajera, todas en blanco por supuesto, se dedican vivir a su manera.
Para que decir que es una de las mejores obras que he visto en mucho tiempo, gran texto que te hace ver lo intenso de la vida a la edad avanzada de los personajes que pugnan por vivir , metafóricamente la vida acaba en una guerra , en la cual uno no sabe lo que va a suceder, por eso creo que es perfecta la idea de irse “a la guerra” ya que no sabes que hay allá o que te depara el futuro si vas a ella. Dino Ploh y su excéntrica manera de escribir su obra de teatro, la vehemencia con la que lo hace, de cómo se sumerge en su creación y que vive de manera tan apasionada cada texto que esboza, cada imagen que crea y cada situación que inventa, por su parte Ugo, quien imagina que cada 5 minutos amanece, aparece y desaparece con la misma velocidad con la que las ideas le surgen en la mente se desvanecen. La mensajera, personaje que aparece para entregar las cartas provenientes desde el frente de batalla, y que solo aparece cuando Dino está solo, imita los parlamentos de Dino pero a su propia manera y juegan al ajedrez de la forma más alucinante del mundo.
Para que decir que ver a los grandes actuar ha sido la experiencia más alucinante y vertiginosa de mi vida, la clase magistral de teatro que todo alumno de actuación tiene y debe ver, para aprender de estas leyendas que dejan a más de uno con la boca abierta, quede gratísimamente sorprendido de ver una obra tan buena, escrita y dirigida por Mateo Chiarella, a quien conocí y agradezco toda la buena onda de conversar y todo, a Don Jorge Chiarella, a su esposa Celeste Viale, y al maravilloso Alberto Isola, con quien siempre me encuentro en el teatro y es toda una experiencia el verlo en escena, a la obra, al teatro de la Alianza Francesa, a la experiencia de poder haber compartido una tarde/noche con gente tan apasionada de teatro como lo soy yo, realmente imperdible la obra esta es su última semana, desde el jueves hasta el lunes. Así que apúrense. Teatro de la Alianza Francesa de Miraflores últimos jueves a Lunes, 8pm, domingo 7:30pm. Entradas a la venta en teleticket de Wong y Metro, general s/.30 y jueves y lunes populares a s/.25.
http://elteatrodemivida.wordpress.com/2011/08/30/ultima-semana-de-pequenas-interrupciones-imperdible/

13/8/11

SEMINARIO DE RUBÉN VIANI Y BARBY OSTROVSKY


                                IMÁGENES





Jimena Lindo, Alejandro Córdova, Adriana Oliva, Alessandra Barandiarán y Julie Freundt observan atentamente los ejercicios.


Promovido por Aranwa Teatro y el Instituto Nacional de Teatro Musical que dirige Karlo Luyo, el maestro, actor y director argentino Rubén Viani, con el concurso de la bailarina, coreógrafa y maestra Barby Ostrovski, realizó un intensivo seminario en el que se revisó el afinamiento de diversas herramientas de expresión y control actoral. 
El profundo conocimiento de ambos profesionales, así como su gran capacidad pedagógica y su don de gentes capturó de inmediato a los participantes que durante tres días se entregaron plenamente al entrenamiento propuesto. 
Aranwa Teatro y el Instituto Nacional de Teatro Musical agradecen tanto a maestros como participantes el entusiasmo puesto en este importante encuentro que ha permitido un fructífero aprendizaje tanto profesional como humano, así como estrechar cálidos lazos con Rubén y Barby, quienes entregaron becas para que seis participantes hicieran un stage en su Estudio de Buenos Aires.
Ambas instituciones estamos ya trabajando un próximo evento con Rubén del que daremos cuenta apenas se terminen de afinar el programa y los detalles.






















1/8/11

LO QUE EL TIEMPO SIEMBRA EN LOS HOMBRES


Nota de redacción: Sobre nuestro estreno de Pequeñas interrupciones, hemos recibido este comentario de El Consueta, seudónimo y nombre del Blog de uno de los más importantes actores, directores, historiadores  y maestros del Teatro Peruano. Lo  compartimos con ustedes.


Mateo Chiarella nos brinda en Pequeñas interrupciones dos facetas complementarias de su talento creador: dramaturgia y dirección. Si entendemos que el arte de la dirección es audiovisualizar las metáforas, hacer concreta la concepción literaria del texto escrito, proceso que entraña una segunda actitud creadora, en este caso la coincidencia elimina la reinterpretación y unifica los dos momentos del hecho teatral que, en definitiva por lo demás no se agota en su libreto generador. La tradición teatral reconoce múltiples ejemplos de dramaturgos directores e inclusive en el momento teatral en el Perú hay más de un creador que se mueve en estos cauces como Diego La Hoz o Mariana de Althaus. La resultante es siempre reveladora.
En Pequeñas interrupciones se alternan recursos del realismo mágico y del teatro del absurdo para construir poéticamente la condición existencial de la vejez como situación límite que camina su postrer tramo vital entre la enfermedad y el olvido donde todo esfuerzo creativo es por nadie esperado. Los hermanos Dino y Ugo Ploh comparten una tierna relación que asume naturalmente los achaques de la vejez y en que los afanes creativos de uno tratan de animar la somnolencia de la agonía poblada de sueños del otro. En los dos casos la rebeldía se da desde la imaginación que inaugura continuidades y se niega a terminar. La vida se presenta así como un lúdico campo de batalla donde inevitablemente nos aguarda el jaque mate que cancelará todos nuestros movimientos. Ante lo ineluctable, el arte y los sueños, cual bastión defensivo, se erigen como el extremo recurso donde detener al tiempo y triunfar sobre la muerte. Aunque pese a los esfuerzos de Dino nada impedirá el irse apagando paulatinamente hasta disolverse toda consistencia en la nada. No importa si en el interín una mágico cartero llegó a jugar con nosotros en breves interrupciones, muchas veces frustrantes, que finalmente jalonan todo el existir. Obra de crueles matices, desesperanzada, donde como en El coronel no tiene quien le escriba no llega jamás la carta esperada y las que llegan, como una burla cruel, portan apenas notas en blanco. El monólogo onírico de Ugo en el bote se constituye en la metáfora central del desamparo senil. No somos sino exploradores prestos a partir al reino de la muerte… Dios mío qué solos se quedan los viejos!
Mateo ha elegido para la puesta un espacio minimalista con un piso que reproduce los escaques del tablero de ajedrez, lo que es reforzado en algunos momentos por los desplazamientos de los actores como si fueran trebejos, sobre todo en las escenas de Simona, la cartero en que sale a relucir un auténtico tablero con las piezas de una partida ya iniciada que no se resuelve. La luz es fundamental en la dirección, desde el comienzo juega un rol expresivo y conceptual. La forma de hacer el apagón inicial va instalando progresivamente la penumbra que se hace plena oscuridad que se enciende con la voz de Dino leyendo su obra a Ugo que se ha quedado dormido. En el transcurso nunca hay cambios violentos; rítmicamente se nos imponen de tal manera que percibimos lo real como imaginario y lo imaginario como real. Y es la voz de Dino la que describe la llegada de la oscuridad final. Es como si la existencia fuera una sinfonía de la luz entre dos paréntesis de oscuridad.  La música, como nos tiene acostumbrados el director, crea las cortinas necesarias y convenientes para la continuidad. Aunque nos hubiera comprometido más estéticamente  el que se desarrollara en función de un tema unificador melódico o rítmico. Lo que queremos decir es que la música suena muy armada frente a la caducidad que estamos presenciando, llega muy vital donde todo se está apagando. Sentimos, en este sentido, mucho más musical la feliz interpretación verbal de los actores que alcanza uno de los registros más expresivos que hemos escuchado últimamente en nuestro teatro en la sutil interpretación de Jorge Chiarella. Por cierto que no podríamos detenernos a ponderar este acierto si no contara con la reconocida sensibilidad compositiva de Alberto Ísola. La verdad es que ambos son una pareja inolvidable que ya vimos vibrar armoniosamente en Sacco y Vanzetti, igualmente bajo la dirección de Mateo Chiarella. Y no por galantería nos sentimos gratificados por la encantadora interpretación de Celeste Viale que logra dar la mágica presencia de la cartero imprimiéndole una gesticulación estilizada que da a las apariciones del personaje un matiz poético Egureniano. El ritmo un tanto monocorde propio de las obras de este estilo en las que el clímax no llega nunca, se convierte en un diapasón que nos mantiene atentos con su vibración en la nota exacta. Tal vez lo que resulta una interrupción de la línea poética de la propuesta y su proceso rítmico sea la manera de hacer los cambios . En una obra como la que comentamos estos detalles hay que resolverlos, pues si no se ejecutan al ritmo general de la pieza resultan verdaderas rupturas de la atmósfera poética. Es allí donde la música y el tiempo, unidos al movimiento calculado de los auxiliares, deben jugar como agentes de la tramoya. Por no cuidar estos detalles hay una entrada de Jorge en actor que se acomoda para vérsele plenamente en Dino al encenderse la luz. La lectura integral de la puesta se resiente, aunque no invalida el efecto total. A despecho de lo que  la obra dice sobre la acción del tiempo sobre la existencia, es la indiscutible calidad que el tiempo ha dado a la presencia de los artistas la que nos devuelve una visión optimista de lo mucho que en los seres humanos siembra la travesía temporal y pueden cosechar las nuevas generaciones.  Aranwa logra con esta creación instalarse en el proceso histórico del teatro peruano como una institución seria y rigurosa que asume el riesgo creativo con suficiencia y sólida experiencia.